Restaurantes de Croacia


Nuestra ruta por Croacia la empezamos en Trogir, una bonita población costera, Patrimonio de la Humanidad desde 1997. Está situada en una pequeña isla, unida a tierra firme por un puente. Sus pintorescas callejuelas y animadas terrazas invitan a pasear, siempre rodeados de un ambiente exquisito. Para comer y cenar bien hay muchas alternativas: TRAGOS, en el corazón de la ciudad medieval, que cuenta con una bonita terraza. A destacar la ensalada de pulpo y el arroz negro; TOP BALLON, con gran variedad de pizzas para todos los gustos; KONOBA TOMA, para degustar unos mejillones a la buzzara y probar el queso de la isla de Pag; DON DINO, especialidades dálmatas y pescado fresco.

Continuamos por tierras croatas hasta llegar a Split, el corazón de Dalmacia. El palacio romano de Diocleciano domina la ciudad, rodeado de un laberinto de calles y edificios majestuosos. Subir al mirador de Marjan para una bonita panorámica de la ciudad. Para comer: POSEIDON, no perderse los tagliatelle con gambas y cigalas y unas patatas típicas con cebolla y pimienta; KONOBA MARUL, en una pequeña plaza con terraza, donde hay que probar la pechuga de pollo con salsa de gambas.

Llegamos a Hvar, la isla de la lavanda, un destino  con pequeños pueblos de vida marítima, donde disfrutar de sus magníficas playas, de sus calles, de sus tiendas y con un ambiente joven y exclusivo.

Para saborear las especialidades de la zona en la capital: AMO (Hotel Podstine),  pedir el rissotto de gambas y espárragos y el café tomarlo en una de las cómodas hamacas con vistas al mar; POKONJI DOL, un chiringuito en la playa del mismo nombre, con una cocina mediterránea deliciosa y abundante; EX ROCCO,  en la plaza principal de Hvar, para tomar una buena pizza en un entorno agradable.

Para terminar nuestro viaje, Dubrovnik nos espera. La «perla del adriático», como es conocida, está llena de bellos rincones por los que perderse durante unos días, donde no faltan playas de agua cristalina ni islas para recorrer de punta a punta. El recorrido por la muralla es una experiencia maravillosa, con unas vistas de la ciudad, que quitan el sentido.

Nos decantamos por diferentes restaurantes: MEA CULPA, pizzas muy grandes, sabrosas y crujientes; POKLISAR, en una terraza con mesitas delante del puerto viejo, cenamos mejillones a la buzzara, con salsa de tomate natural, aceite, ajo y cebolla y brochetas de gambas sobre una cama de risotto de queso azul; KONOBA MARCO POLO, especialidades dálmatas, sobre todo pescado delicioso; KONOBA TORANJ (Cavtat, a pocos kilómetros de Dubrovnik), en el paseo delante del puerto, una fritura exquisita, calamares frescos y probamos dos especialidades de arroz, negro y con sepia, a cada cual mejor.

 

Una bonita experiencia gastronómica que esperamos repetir.

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